A veces una emergencia no solo pone todo patas arriba… también te coloca justo donde tenías que estar.
La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó la Comunidad Valenciana a finales de 2024 fue un aviso en toda regla. Las lluvias torrenciales y las inundaciones no solo afectaron a infraestructuras y viviendas. También arrasaron refugios, protectoras y hogares donde cientos de animales esperaban una segunda oportunidad.
Muchas voluntarias, cuidadoras y familias de acogida lo perdieron todo: comida, medicamentos, mantas, transportines… y lo que no se ve en las fotos: estabilidad, tranquilidad y un poco de esperanza.
Porque cuando cuidas de animales sin recursos cada día, sabes que todo pende de un hilo. Pero lo que se vivió tras la DANA fue brutal.
Las protectoras afectadas se quedaron sin herramientas, sin red de apoyo y, durante varios días, sin siquiera acceso a algunas zonas. Hubo que improvisar, rescatar, reorganizar, pedir ayuda… y ahí es donde entramos nosotras.
Un grupo de profesionales del sector animal —entre ellas, mi querida Cristina de El Perro Pirata— decidimos hacer algo más que compartir posts en redes. Así nació Esperanza Animal tras la DANA, unas jornadas solidarias en las que unimos fuerzas para recaudar fondos, compartir saberes y acompañar de verdad.
Fue todo a contrarreloj. Lo organizamos desde cero en días. Cristina, yo y otras compañeras creamos ponencias, diseñamos una web, nos organizamos para gestionar inscripciones, difusión, acceso a contenidos… Y todo con un único objetivo: ayudar a las protectoras que más lo necesitaban.
Y lo hicimos. Recaudamos 3.407,52 €, donados íntegramente a las protectoras afectadas. Pero más allá del dinero, lo que ocurrió fue algo que solo puede describirse como comunidad real. De la buena.
Fueron charlas sinceras, útiles y prácticas. Nada de relleno ni fórmulas recicladas. Hablamos de cómo ayudar a perros senior, cómo detectar señales de trauma en gatos, cómo aplicar primeros auxilios, cómo cuidar sin caer en el caos.
Y ahí, en medio de ese caos colectivo, se encendió una chispa.
De ahí… al kit de emergencias para perros
Lo que no sabíamos es que de ese evento saldría algo más grande. Que esa experiencia, esa energía, esa necesidad de hacer equipo se transformaría, unos meses después, en el primer proyecto conjunto entre Cristina y yo: el Kit de Emergencias para Perros.
Una guía práctica y emocional para anticiparte, estar más tranquila y saber cómo actuar si algo falla.
Porque cuidar también es prevenir.
Y si te removió lo que pasó con la DANA, si en tu cabeza sigue la pregunta “¿y si pasa algo?”, este kit es para ti.
Gracias por seguir aquí. Por poner acción donde otras ponen excusas. Y por demostrar que la fuerza no está en el ruido… sino en el cuidado.